¿Cómo aprobar una oposición? Consideraciones generales

Trabajar en el sector público ejerciendo como funcionario es una meta que persiguen cientos de miles de opositores en España. En nuestro país existen muchos tipos de oposiciones, pues pueden ser convocadas por los tres niveles de las Administraciones Públicas (Estado, Comunidades Autónomas y los entes locales), y la dificultad de estos procesos puede variar según la plaza a la que se aspire. En cualquier caso, una clave para afrontar el proceso con garantías implica un duro trabajo de preparación.

En este artículo te mostramos algunas consideraciones generales encaminadas a conseguir el éxito en las oposiciones, es decir, conseguir una plaza de funcionario.

Conocer toda la información

Este es el primer paso. Parece muy sencillo, pero es esencial en el proceso de preparación estar al tanto de las convocatorias, las plazas ofertadas, el total de pruebas, la ratio de aprobados en procesos anteriores… Toda esta información se puede obtener acudiendo a fuentes oficiales como el BOE y las páginas web de los organismos convocantes, y también a través de portales especializados en este tipo de procesos.

En este punto es importante conocer la convocatoria al dedillo, investigar sobre qué méritos se pueden presentar, cuáles son los cursos homologados que más puntuación aportan y en qué centros formativos se pueden obtener.

¿Qué oposiciones son las que más se ajustan a mi perfil?

Uno de los condicionantes que hay que valorar de manera relevante es el programa de estudio a conocer, y comprobar si este se ajusta a lo que hemos estudiado previamente o guarda relación con nuestra experiencia laboral.

A mayor coincidencia o interés del temario, tanto general como específico, más posibilidades habrá de conseguir buenos resultados. Y no solo es una cuestión de aprobar y conseguir una plaza de trabajo, sino de pensar que se va a ejercer durante toda la vida. Además, hay que valorar también que preparar oposiciones obliga a estudiar durante meses una temática muy concreta: cuanto más nos guste, menos pesada se nos hará. Puedes ver nuestro listado de cursos gratuitos.

La cantidad de plazas ofertadas y el número de aspirantes

Un error que cometen algunos opositores es pensar que una oferta amplia de plazas es sinónimo de tener más oportunidades de tener éxito. La realidad es que suele ocurrir lo contrario, pues cuantas más plazas se ofertan, más candidatos se presentan, y esto reduce el ratio de plazas convocadas y aspirantes que participan.

La dificultad de aprobar unas oposiciones no está en lo complejo del temario, sino en obtener mejores resultados que el resto de aspirantes.

¿Qué vigencia tienen las oposiciones? ¿Cada cuánto tiempo se convocan?

Las convocatorias de oposiciones no se ajustan en su totalidad a una misma vigencia temporal. Algunos cuerpos de la Administración convocan oposiciones de manera periódica, muy estable, cada uno o dos años.

Otras tienen un carácter más esporádico o extraordinario. Las convocatorias regulares son las más aconsejables porque el candidato tiene siempre una expectativa real de cuándo volverán a ser convocadas. De todos modos, el hecho de que se convoquen de manera regular no implica que el número de plazas sea siempre el mismo.

Las oposiciones son un proceso a largo plazo

El opositor cuando estudia para una convocatoria debe pensar a medio o largo plazo. En general, todas las oposiciones comprenden programas exigentes que conllevan un tiempo de preparación que puede superar ampliamente el año de estudios.

Si se trata de oposiciones para los grupos A1 y A2, este tiempo puede elevarse por encima de los tres años. Por este motivo, es importante hacer una planificación anual dividida por meses en donde se regule qué cantidad de temas se van a estudiar, se marquen fechas límites para dejar de estudiar y comenzar a repasar, acudir a un preparador externo o una academia, etc.

Acompañarse de otros opositores

Lejos de pensar que los otros opositores son un rival en la convocatoria, la realidad es que pueden ser un aliciente. Rodearse de personas que comparten las mismas inquietudes puede ser muy positivo porque ayuda a adquirir conocimientos de manera más rápida.

Con ellos se pueden compartir materiales, dudas o palabras de aliento. No obstante, a pesar de que esto es buena idea, es fundamental acompañarse de otros opositores que sean sinceros y que persigan un mismo objetivo, el de la ayuda mutua.

Con respecto a esta idea, si los opositores son buena compañía, amigos y familiares pueden no serlo porque quizás no entienda la situación e incluso lancen mensajes desmoralizadoras creyendo que deben ser sinceros. No se trata de apartarlos de nuestras vidas, sino saber centrar el foco en los estudios y no tener en cuenta esos comentarios y comportamientos.

Pensar siempre en positivo

La mente humana es curiosa, le ofrece más veracidad a los sentimientos negativos que a los positivos. No ser capaces de cumplir con la agenda establecida nos lleva a que el ánimo decaiga, a querer dejarlo todo y abandonar.

En los momentos en los que ocurra eso hay que pensar en lo que ya se ha logrado, reflexionar sobre aspectos positivos y encarar el proceso con ánimo, estar convencido de que se pueden lograr los objetivos.

Para aprobar una oposición hay que mentalizarse de que esto va a exigir un esfuerzo enorme y mucha fuerza de voluntad. Este proceso es imprescindible afrontarlo con mucho compromiso y un convencimiento firme.